Vacíos del deseo : imagen y cuerpo de Evita

La ambigüedad, el juego entre ficción e historia, entre lo documental y lo imaginario, siempre han sido espacio de fascinación e interés para autores y lectores. Y cuando ese juego se concentra en una mujer, una mujer pública, política y contradictoria, la atracción se multiplica. La literatura arge...

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Main Author: Amar Sánchez, Ana María
Format: info:eu-repo/semantics/article
Language:spa
Published: 1998
Subjects:
Online Access:http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/1462
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Summary:La ambigüedad, el juego entre ficción e historia, entre lo documental y lo imaginario, siempre han sido espacio de fascinación e interés para autores y lectores. Y cuando ese juego se concentra en una mujer, una mujer pública, política y contradictoria, la atracción se multiplica. La literatura argentina viene desde hace años tratando de atrapar a esa mujer, rodeándola, escribiéndola y reescribiéndola en un juego de contactos y escamoteos con la historia. Evita está de moda en los discursos, en el cine, en las ficciones de los últimos años; yo me voy a referir al primero que construyó un relato sobre ella, relato anticipatorio en muchos sentidos y desde el cual pueden seguirse líneas de transformación de la figura de Eva Perón hasta el presente. Rodolfo Walsh, el escritor argentino desaparecido durante la última dictadura militar, escribe el cuento “Esa mujer” en 1965. Desde entonces las ficciones se han ido sumando y desde los títulos mismos se fue construyendo una parábola que nos aleja de ese cuerpo político, objeto de múltiples luchas, a una figura cada vez más despolitizada y centrada en su condición de mujer. A través de títulos como Mina cruel, A las 20:25 la señora entró en la inmortalidad o Santa Evita. el imaginario sobre Eva Perón apunta cada vez más a lo privado o al mito -señora, mina, santa- y deja de lado su única condición pública “peligrosa": su poder político. Y en este sentido la película de Madonna hace un uso perverso de la expresión “mujer pública”; Eva prostituta se incorpora a una decena de lecturas bien conocidas sobre mujeres con un pasado “probablemente oscuro”, el lugar común intenta volverla inofensiva y neutralizable. El cuento de Walsh, por el contrario, se construye sobre una ausencia y una omisión: ausencia de un cuerpo muerto, desaparecido (y en este sentido se abre como una anticipación de la reciente historia argentina), y omisión de un nombre, Eva Perón.