Graciela Batticuore, Mariquita Sánchez. Bajo el signo de la revolución, Buenos Aires, Edhasa, 2011, 316 páginas.

La biografía –Sarmiento, ese apasionado cultor del género, lo sabía bien– es además un género híbrido, impuro, ambiguo, que se instala en la porosa frontera entre la historia y la literatura. El autor de una biografía, por tanto, debe preocuparse no solo por realizar un imprescindible trabajo de arc...

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Main Author: Fontana, Patricio
Format: info:eu-repo/semantics/review
Language:spa
Published: Universidad Nacional de Quilmes 2014
Subjects:
Online Access:http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/2866
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Summary:La biografía –Sarmiento, ese apasionado cultor del género, lo sabía bien– es además un género híbrido, impuro, ambiguo, que se instala en la porosa frontera entre la historia y la literatura. El autor de una biografía, por tanto, debe preocuparse no solo por realizar un imprescindible trabajo de archivo y de pesquisa bibliográfica sino también, llegado el momento de la escritura, preocuparse por la tarea, también fundamental, de ficcionalización que este género demanda; y utilizo aquí el término ficción no en el sentido de fingir o de imaginar, sino –tal como lo define Jacques Rancière en La fábula cinematográfica– en el de “forjar”; es decir, entendido como “la construcción, por medios artísticos, de un ‘sistema’ de acciones representadas, de formas ensambladas, de signos que se responden”. El libro de Graciela Batticuore, que inaugura esta colección, cumple felizmente con estos dos requisitos. Al terminar este libro el lector puede estar seguro de que accedió al despliegue de la vida larga y excepcional de una mujer que, al decir de Batticuore, estuvo inmersa protagónicamente en los círculos que pretendían estar a la vanguardia de su época –sea esta la de los primeros años de la revolución, la de las reformas rivadavianas, la del exilio antirrosista o la de la Argentina post Caseros– y que fue, además, un referente para los miembros de esos círculos. De este modo, Mariquita Sánchez emerge de este libro como una mujer extraordinaria, sin par: “La única mujer letrada de comienzos de siglo que estaba calificada para opinar”.